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El azúcar y los niños

  • Foto del escritor: Alejandra Salinas
    Alejandra Salinas
  • 3 may 2024
  • 3 Min. de lectura

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El azúcar: un ingrediente tan común en nuestra alimentación diaria que puede pasar desapercibido, pero su impacto en la salud de nuestros niños es significativo.

Constantemente veo niños no sólo con algo de sobrepeso sino con obesidad. Al llevarlos a consulta los padres se topan con la cruda realidad: tu niño está enfermo y es culpa tuya.


Sí, que un niño sea obeso es el resultado de los hábitos de la casa:

de los hábitos alimenticios, de consumo, de movimiento, de descanso y, por desgracia, también de los hábitos emocionales.

Muchos niños se refugian en la comida tras ser agredidos y/o abusados, al sentirse amenazados, rechazados o ridiculizados en el hogar o en la escuela.


No te diré que es fácil, sobre todo si comen por cubrir emociones. En ese caso te recomendaría acudir también con un psicólogo. Pero lo que sí te puedo asegurar es que si desde niños los enseñas y promueves la salud desde casa, podrán tener una adultez más sana.


Lo primero sería revisar el consumo de carbohidratos simples. ¿Estás consciente de cuánto azúcar consumen tus hijos a diario? Si estás buscando reducir su ingesta de azúcar, aquí te presento 3 simples pasos que puedes comenzar a implementar hoy mismo.


Paso 1: Elimina las bebidas azucaradas, ¡incluyendo los jugos!

Para la mayoría de los niños, las bebidas azucaradas son la principal fuente de azúcar en su dieta. Una botella de 350 ml de jugo de frutas o refresco puede contener hasta 39 gramos de azúcar, equivalente a aproximadamente 9.75 cucharaditas. Aunque el jugo de fruta natural contiene vitaminas, el alto contenido de azúcar puede tener efectos negativos en la salud, como picos de azúcar en la sangre. Considera diluir los jugos con agua gradualmente o sustituirlos por agua o infusiones de frutas naturales.

Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo excesivo de azúcar puede contribuir a problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la caries dental en los niños. Un estudio realizado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades encontró que el 25% de los niños y adolescentes en los Estados Unidos consumen bebidas azucaradas diariamente, lo que aumenta su riesgo de enfermedades crónicas.


Paso 2: Reduce los alimentos altos en azúcar, como pasteles, helados, frituras y galletas.

Muchos padres recurren a los dulces como muestra de amor, consuelo o recompensa para sus hijos. Sin embargo, es importante limitar su consumo. Reducir gradualmente el azúcar cada semana puede ser más efectivo que eliminarlo de golpe. Además, permite que los niños disfruten de estos alimentos moderadamente en ocasiones especiales, pero no como parte de su rutina diaria. Si reciben dulces como regalo, promueve el compartir con amigos o hermanos para controlar las porciones. Te recuerdo que las papitas, fritos, doritos, takis, etc no sólo tienen azúcar, sino un montón de químicos nocivos que pueden desarrollar incluso problemas neurológicos como TDAH.

Un estudio publicado en la revista Pediatrics encontró que los niños que consumen más alimentos ricos en azúcar tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en la edad adulta. Además, la Asociación Americana del Corazón recomienda que los niños de 2 a 18 años consuman menos de 25 gramos (6 cucharaditas) de azúcar agregada al día.


Paso 3: Mantén la comida chatarra fuera de casa y ofrece alternativas saludables.

Eliminar la tentación de la comida chatarra puede facilitar la transición hacia una alimentación más saludable. Prepara versiones caseras de sus comidas favoritas, como pizzas, nuggets y hamburguesas, utilizando ingredientes nutritivos y controlando la cantidad de azúcar añadido. Recuerda que el ambiente en el hogar influye significativamente en los hábitos alimenticios de los niños.

Según un estudio publicado en el Journal of Nutrition Education and Behavior, los niños tienen más probabilidades de consumir alimentos saludables si están disponibles y accesibles en el hogar. Además, involucrar a los niños en la preparación de comidas puede aumentar su interés por probar nuevos alimentos y desarrollar habilidades culinarias.


Reducir la ingesta de azúcar en la dieta de los niños puede tener un impacto muy positivo en su salud a largo plazo, no solo en su peso actual. De hecho, no importa si tienen o no sobre peso, al implementar estos simples pasos y fomentar hábitos alimenticios saludables desde temprana edad, estarás contribuyendo al bienestar y desarrollo óptimo de tus niños. Recuerda que se trata de un proceso gradual y que cada pequeño cambio puede marcar la diferencia en su salud a largo plazo.


¡Tu familia puede lograr grandes progresos en un año con pequeñas acciones realizadas consistentemente!


Comparte esta información, un niño te lo agradecrá cuando sea adulto.

 
 
 

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